En 1997, hace más de 25 años, frecuentaba uno que otro domingo el Parque Los Caobos para trotar y visitar el Museo de Bellas Artes, en mi curiosidad de investigar y adquirir conocimiento como viviendista, recuerdo muy gratamente a un artesano que se ubicaba en la acera entre el antiguo Hotel Caracas Hilton y el Museo de Bellas Artes de nombre; Jose Morales, buhonero, humilde, con su gorra roja de medio lado soñando en voz alta con su próximo mejor vivir como revolucionario cuando su comandante fuera presidente, tal cual gran cantidad de venezolanos de la época. Era un artista que vivía de la venta de su artesanía tallando en madera pequeñas réplicas de casas de pueblo, calles, ventanas coloniales y otras tantas miniaturas. En mi primer encuentro le compré un pequeño rancho llanero y una talla de una mujer criolla, a partir de ese día entable amistad y asombrado por la facilidad que tenía para reproducir micro tallas, le solicite me hiciera una réplica del rancho donde vivía con los detalles de construcción, lo que dio lugar a largas tertulias. Recuerdo que sentado en un banco del Parque Los Caobos, bajo el cobijo de árboles y bebiendo jugo de caña con limón, con su facilidad de expresión me describía las carencias de su vida diaria, su sentimiento de exclusión de la sociedad y su apoyo casi místico a su comandante. Como todo artista enamorado de su obra y aprovechando mi interés por el tema de la vivienda, el siguiente domingo me propuso hacer una maqueta de la vivienda y el entorno donde él vivía en una "pieza". Aclarando que donde el vivía era una vivienda costosa por su excepcional ubicación cercana a todos los servicios de la ciudad. Con el pasar del tiempo fuimos avanzando y concretando la obra de construcción que finalizo con una extraordinaria maqueta de los elementos y su entorno, la cual aún conservo a un lado de mi escritorio. Para mí fue un aprendizaje práctico y gráfico, muy didáctico sobre la forma de construcción, vida, carencias y marginalidades en San Agustin Del Sur en la propia ciudad de Caracas.
No recuerdo en cual elemento estaba su "pieza", pero conservo cantidad de apuntes de la narrativa de marginalidades en el día a día de Jose Morales a medida que iba avanzando en su obra de arte en 1997; Han pasado 25 años y doy por sentado mayor pobreza y un mayor número de marginalidades... pero conservo gratos recuerdos de aquella amistad con EL ARTISTA Y SU VIVIENDA.
Extraordinaria historia, narrada extraordinariamente, cruda realidad pero matizada de empatia.
ResponderBorrarQue vision y que hermoso que te hayas interesado en en este ser humano tan talentoso y que mostraba nuestra amarga realidad.
Fue una experiencia extraordinaria de gratos momentos e increible transmision de conocimientos.
BorrarLa mas grande enseñanza fue la honestidad y humildad del artista con mucha fe en un buen futuro.