En varias oportunidades he analizado y transmitido el
problema de las viviendas asignadas como una política nefasta, tanto económica
como social, en especial por la denominada "marginalidad
miserable." Otra de las
consecuencias malignas es la conducta egoísta y desnaturalizada efecto de la
entrega de viviendas sin costo alguno para el asignado y su secuela financiera
y familiar para el país.
La repercusión financiera para el país está basada en la
interrupción de un ciclo financiero sano y operativo de cualquier economía del
mundo en materia de financiamiento y venta de nuevas unidades de viviendas. El
asignado no paga la vivienda, por lo tanto, no existe el repago del costo de
construcción, dejando el dinero enterrado en una sola unidad y para una sola
familia. Sin embargo, el estado requiere dinero fresco para la construcción de
nuevos desarrollos cada año. Es un absurdo que el venezolano, ya beneficiado
con una vivienda, no aporte financieramente nada para futuros desarrollos
inmobiliarios de la nación.
MISIÓN VIVIENDA destruye el sistema financiero nacional sano
y multiplicador de viviendas y además genera una sociedad de sanguijuelas,
independientes y egocentristas que hacen crecer la marginalidad social,
familiar y personal... VIVIENDA ASIGNADA = VIVIENDA EGOÍSTA.
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